La historia se sitúa justo después del final de la anterior y continúa narrando lo ocurrido en la ciudad de Haddonfield en la catastrófica noche de Halloween de 1978. La acción se concentra en un único lugar en gran parte de la cinta, a la vez que el terror sacude al pueblo entero que permanece en su mayoría ajeno a los sucesos ocurridos en su interior.
Al igual que en su precuela, el asesino conocido como Michael Myers es recreado como un monstruo casi sobrenatural y, como tal, su presencia no es tan directa y, debido a ello, cada vez que aparece causa una gran impresión en el espectador. Muchas de estas apariciones ocurren utilizando esos recursos visuales anteriormente mencionados que pueden ser la causa de muchas pesadillas y que han constituido la base y la esencia de famosas escenas terroríficas de algunas películas de terror aclamadas por el público y la crítica, como es el caso de The Conjuring 2 (Jamea Wan, 2016), titulada en España Expediente Warren: El caso Enfield, en la que la oscuridad se convierte en el hogar del miedo.
Además, al contrario que la anterior, esta cinta aporta más información acerca de los personajes, al mismo tiempo que disfrutamos de una típica película de terror que contiene todo lo requerido para ser considerada como tal, manteniendo el nivel de diversión esperado por los amantes del género y los característicos sinsentidos en los que están impregnados casi todos los personajes para mayor disfrute de la audiencia. Y es que a estas películas es necesario otorgarle un ápice de fantasía e irrealidad para que puedan ser contempladas sin ahogar a aquellas mentes críticas que esperan sucesos lógicos en películas que suelen escapar al sentido común.
Continuando con las comparaciones entre las dos cintas, esta no tiene su contrapunto en la claridad del día, pues en su totalidad ocurre por la noche y muchas de sus escenas de terror hacen uso de esa oscuridad, así como del trajín propio de la festividad de Halloween y de las dudas de todos los personajes acerca de donde se encuentra Michael Myers. Esto último ocurría también en la anterior, solo que en ella la duda se creaba en el espectador y en esta se crea en sus personajes, convirtiendo a esta película en digna sucesora y a ambas en una duología histórica en lo referente a su género.
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