En un primer momento, Smile (Parker Finn, 2022) puede considerarse una película de terror aburrida y típica con demasiados sustos repentinos (o "jump scares") como para considerarla interesante, pero si intentamos ver más allá de ese guion lento y sin esencia aparente, podemos llegar a encontrar una propuesta narrativa bastante curiosa pero mal ejecutada.
It Follows (David Robert Mitchell, 2014) y Smile comparten base, pero ambas tienen un punto diferenciador bastante notable: la primera fue original en su momento y revolucionó tanto el género como a sus fans, mientras que la segunda se basa en la idea de la primera, añadiendo los factores "sonrisa", "duda" y "sorpresa" para crear una historia basada en una de las narrativas más frecuentes de este género: un personaje que investiga sobre el fenómeno extraño que justifica el desarrollo de la película; una historia basada en alguien investigando durante las casi dos horas que dura la cinta mientras reacciona ante los sucesos misteriosos. Esta decisión narrativa y estructural la hemos presenciado mucho en los últimos años en películas que no han despertado interés alguno tras su visualización, como Slender Man (Sylvain White, 2018) o Countdown (Justin Dec, 2019).
En este sentido, la cinta sorprende mínimamente con la escena impactante de su principio y con su resolución final, pero el resto parece una excusa barata para hacer el recorrido que une ambos extremos de la historia, una excusa que sobra casi en su totalidad y que no ofrece demasiada información, aunque para el espectador no acostumbrado a obras de este estilo puede resultar hasta entretenida. Además, los propios personajes recuerdan constantemente lo que ha sucedido previamente en la cinta, así que no hay lugar para perderse en su trama, por simple que pueda parecer. Debido a esa simplicidad, los recordatorios parecen actuar como relleno en una película que no consigue encontrar asideros donde agarrarse para justificar su duración, que en la mente de cualquier espectador puede reducirse a los mínimos minutos que dura un cortometraje.
A pesar de estos puntos negativos, la historia contiene un tratamiento interesante sobre el trauma y la salud mental y, entrando en ligeros SPOILERS, erige a la "sonrisa" como el villano principal cuando los personajes se encuentran rodeados de miedo y desesperación. En los peores momentos personales, nuestra mente crea brujas y demonios para atormentarnos y, cuanto más terreno les cedamos, cuanto más temor les profesemos, más tiempo se quedarán con nosotros hasta engullirnos por completo.
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