Si bien Bruce Springsteen no es muy conocido por los jóvenes de hoy en día, sí es cierto que supuso un antes y un después en la vida de muchas personas por sus familiares letras y por su nostálgica música. El Jefe, como empezaron a llamarlo sus compañeros de banda por ejercer de líder del grupo, se convirtió en toda una estrella americana, pero se mantuvo fiel a sus orígenes y a los valores que él mismo había construido. Lo daba todo por el público y se mostraba cercano a sus fans y no por mera fachada. Él conocía de primera mano lo que era una difícil vida obrera y sus canciones transmitían ese sentimiento de pertenencia a una sociedad disconforme con su estilo de vida, que quiere huir y construir su propio camino a pesar de las consecuencias. Ese sentimiento se compensaba con el amor, que era su balanza y su luz en tiempos difíciles.
No es que haya buscado mucha información sobre Bruce, pero por sus canciones puedo extraer las conclusiones arriba descritas, que perfectamente pueden estar alejadas de la realidad. Sin embargo, no se puede negar que su música y su letra nos transporta a un lugar que conocemos y con el que nos podemos identificar de una u otra manera. Porque nos zambullimos en el río, porque tenemos un corazón hambriento, porque nacimos para ser salvajes y correr y porque bailamos en la oscuridad cuando nadie nos ve.
Blinded by the light capta la esencia de la música como agente de cambio personal, como amiga en la soledad y como revolución social a través de la historia de un adolescente en 1987 llamado Javed, un chico musulmán cuya familia se mudó a Luton (Reino Unido) en busca de una vida mejor, encontrándose con una subversión de sus expectativas de vida.
La adolescencia es una etapa fundamental para la construcción de la personalidad y, precisamente por esa razón, es la fase más difícil para toda persona porque debe hacer frente a varios dilemas ante los que debe tomar decisiones. Esos dilemas pueden ser tan básicos como ¿debería apuntarme al club de escritura? o ¿debería participar en este concurso?, hasta otros más complejos como ¿debería apoyar esta ideología?, ¿debería hacer frente a mi padre? o ¿debería huir de mis abusadores? Sin duda, son preguntas cuya respuesta es difícil en esa temprana edad porque nuestra mente todavía está creando su propia forma y eso hace que no sepamos como actuar e, incluso, nos lleva a tomar a veces decisiones equivocadas movidos única y exclusivamente por unos sentimientos que se hallan sobreexcitados.
Ante tal cantidad de situaciones estresantes, solemos buscar un refugio en el que descansar, en el que fluir siendo nosotros mismos sin estar continuamente bajo la presión de ir andando por la cuerda floja al sentir que cada decisión es de gran importancia para nuestro futuro. Unos escogen refugio en la lectura, otros en la escritura, otros en la composición, otros en la música, otros en el cine y otros en la creación plástica. Todos igualmente válidos para lograr su función principal: calmar, motivar y alegrar la mente y el corazón.
De todos ellos, es cierto que la música posee una capacidad única, pues incluso sin letra es capaz de hacernos sentir y navegar por emociones. Cuando se añade letra, la canción adquiere unos tintes diferentes. Pasamos de dejarnos llevar por el ritmo y las melodías a prestar atención a cada una de las palabras y a sentirlas dentro de nosotros con la fuerza que dicta la canción, de manera que el poder transformador de la literatura es potenciado a través de la música.
Cada vez me alejo más de hacer críticas cinematográficas al uso y me centro en divagar y reflexionar por lo que la película me evoca. Y cuando una película logra que sus fallos no sean tenidos en cuenta, es que su historia ha removido algo en mí que no me permite ser objetivo con su parte técnica. Aun así, soy consciente de que algunas decisiones respecto a la manera de contar ciertas situaciones mediante la imagen podrían haber funcionado mucho mejor si se le hubiera dado un giro más creativo, a pesar de tener alguna que otra escena que destaca bastante sobre las demás debido precisamente a esa creatividad. Es por ello que, en las partes en las que la imaginación es escasa, se nota una ligera falta de calidad respecto a las demás, aunque ese aspecto negativo enseguida se olvida al centrar la atención en la historia y en sus temas.
En este sentido, la película navega por varias cuestiones, pero una de ellas creo que merece ser tenida en cuenta en esta reseña. En una parte de la película cierto personaje dice la siguiente frase: "los buenos amigos merecen ser escuchados". Esta verdad a veces la olvidamos y nos embarullamos en nosotros mismos sin prestar atención a las voces que siempre nos han rodeado y apoyado. Es posible que no nos digan nada importante, pero cuando nos tengan que decir algo verdaderamente grave o urgente y que incluso puede molestarnos, es preciso prestar atención a sus palabras y tomarlas en consideración en vez de intentar contradecirlos, atacarlos y victimizarnos.
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