El cine español está de enhorabuena. Cada vez más películas se alejan de la típica estructura y temática de nuestros largometrajes y se animan a innovar y a ofrecer historias más profundas, reflexivas y originales. Ese es el caso de El páramo , una película de miedo ligero y suspense que incomoda al espectador a cada minuto, ya sea por algunas de sus explícitas y perturbadoras escenas o por el cada vez más pesado ambiente que se va generando en la cinta. Asimismo, es de agradecer el estreno de producciones que permitan a la audiencia interpretarlas a su manera, extrayendo aquello que consideren según su conocimiento, aprendizaje y contexto. Desde el punto de vista visual y narrativo, la cinta sigue una curva ascendente hacia la crudeza y la aparente locura, apoyada por miradas y silencios inquietos y por la fuerza interpretativa de Inma Cuesta y Asier Flores, madre e hijo en la película. Además, esta cinta trata un tema atemporal ligado a la naturaleza humana y con una enseñanza muy v...