Han pasado ya unas semanas desde su estreno y las críticas están muy divididas. Hay quien la considera la mejor obra de Nolan y otros la peor. Incluso Michael Caine, uno de los actores predilectos de Nolan para la gran mayoría de sus películas, la considera una de las mejores película de acción de la historia.
Tenet era la una de las películas más esperadas de este año y, por tanto, las expectativas estaban muy altas, tanto es así que hay espectadores que no han llegado al nivel de disfrute al que llegaron con el resto de las obras de Nolan. Unos la tachan de predecible y otros de no haber entendido nada. Desde mi punto de vista, la película es un equilibrio entre ambos aspectos, permitiéndonos atar cabos mientras la vemos y dejando otros sueltos para pensar sobre ella cuando termine.
Lo mejor de Tenet, y de su director, Christopher Nolan, es que trata al espectador como un ente activo e inteligente, quien se cuestiona el funcionamiento del entramado temporal que nos presenta en sus películas, como hizo con Inception (2010), Interstellar (2014) y Memento (2000). Sin embargo, las últimas películas mencionadas se pueden entender casi en su totalidad tras salir de la sala del cine, no como Tenet, que requiere un proceso posterior para encajar todas las piezas del puzle.
La película se desarrolla en un continuo dinamismo enérgico acompañada constantemente de una banda sonora que acrecienta esa potencia que envuelve al protagonista, lo cual deja al espectador sin un minuto de descanso. Las conversaciones serían un buen momento para pausar la acción, sin embargo, estas contienen importante información de la trama y son bastantes densas para un espectador que está en una continua búsqueda para comprender la cinta.
Las escenas de acción son el segundo plato fuerte de la película, siendo el primero el intrincado guion temporal que nos presentan. A diferencias de otras películas, la acción se ve de manera muy clara, sin mucho cambio de cámara, sin escenas borrosas ni numerosos planos cambiantes y sin primeros planos agobiantes. Todo se ve muy claro para que el espectador pueda seguir concentrado en desentramar la historia.
No hay razón alguna para entrar en spoilers pues hay ya numerosos artículos y vídeos que explican la película basándose en el terreno científico que nos ofrece la cinta. Sin duda, es otra de las grandes obras de Nolan. Pocas películas permite al espectador cuestionarse todo lo que ocurre en ellas y acceder a la solución con, únicamente, la información que nos ofrecen.
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