El discurso del rey se convirtió el año de su estreno en una de las primeras películas en mostrar a la tartamudez como personaje protagonista y a todo lo que ella supone. Todo llevado a cabo con una sensibilidad magistral y de una manera sorprendentemente realista. Podría haber sido la historia de un joven normal y corriente que tartamudea y lo pasa realmente mal cuando acude a clase y que tiene grandes aspiraciones que parecen verse obstaculizadas por su dificultad al hablar. Sin embargo, la historia se centra en un príncipe con tartamudez que se ve obligado a hablar en público, y más aún cuando se encuentra ante la situación de convertirse en el próximo rey de Reino Unido. Ambas historias, aparentemente distintas, comparten protagonista y se funden en una sola historia: la aceptación y superación de la tartamudez. No existe una receta mágica para abordar el problema. Cada persona tiene sus propias circunstancias y motivaciones y no todas afrontan la tartamudez de la misma...