Algo a cambio de algo. Gretel & Hansel inventa un universo propio para dar vida a una historia algo alejada de la original en la que la oscuridad toma terreno para expandirse por el ya conocido cuento de los hermanos Grimm. Y como todo cuento, hay una moraleja.
El ambiente tenebroso parece extraído directamente de la ya película de culto The Witch (Robert Eggers, 2015), otro genial cuento que toma como base las leyendas inglesas del siglo XVII. Gretel & Hansel toman el testigo y nos adentran en otro cuento de brujas que cumple su función de inquietar al espectador.
Como toda película que cuenta una historia conocida, esperamos que nos sorprenda de algún modo y eso mismo lo tuvo presente el director al usar el conocimiento previo de la cultura popular para darle unos giros y pinceladas por aquí y por allá.
La trama, al igual que el cuento, se basa en que si algo es demasiado bueno para ser real, es posible que haya gato encerrado. Todo lo que se nos da es a cambio de algo. Nada es gratis. Y esa moraleja se repite desde el principio de la película, recordándonosla cada cierto tiempo y haciendo que nuestros protagonistas se vean en la obligación de tomar decisiones y reflexionar sobre todo lo que les está pasando para así tomar conciencia de su alrededor y conseguir alcanzar la madurez que llega con la adolescencia.
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