Desde Star Wars: The Last Jedi (2017), Rian Johnson no me aspiraba confianza, sin embargo, el año pasado al fin vi la serie de Breaking Bad (2008-2013) y disfruté mucho con el episodio Fly, uno de los mejores de toda la serie, y en agosto de ese mismo año vi con unos amigos Looper (2012), película bastante curiosa y estrambótica sobre viajes temporales. Tanto el episodio como la película están dirigidos por el director de Knives Out (Puñales por la Espalda en España), dándome más excusas para ir a verla.
A diferencia del colorido póster e intrigante trailer, Knives Out es una historia de misterio con una paleta de colores menos vivos que los vistos en las promociones de la película, lo cual hace que su primera parte se convierta en la sucesión de escenas arquetípicas de cualquier película de misterio, llegando incluso a aburrir ligeramente, pero merece la pena quedarse para llegar a lo que está por venir.
Una historia de apariencia simple pero que se va haciendo algo más compleja e interesante conforme avanza y que, con los hechos presentados en mitad de la misma, adquiere una tonalidad distinta y ofrece un enfoque diferente a lo ya visto en este género.
Ya que no puedo dar mi opinión completa sobre la interpretación de las actuaciones del elenco al haber visto la película en español, sólo puedo mencionar la interpretación física, la cual es bastante cliché como cualquier película de misterio, dándole ese ambiente encandilado que permite describir y conocer a los personajes de un vistazo rápido, fundamental para no perdernos cada vez que uno de ellos sale a escena.
Esta película no es una reinvención del género whodunit, el cual consiste en una historia policíaca en el que un detective debe averiguar quién es el culpable del misterio, pero sí ofrece una perspectiva innovadora a mitad de la misma, pasando de ser la típica historia de Sherlock Holmes o de Poirot, a ser algo más original sin olvidar ese toque sherlockiano.
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